Friday, March 30, 2007

This Is Living

Ya está. Llegó, por fin.
Hemos sobrevivido a otro hito histórico, a otro cambio de paradigma. El reloj incesante de la tecnología ha dado una vuelta más, y su tic-tac nos ha traído otro ídolo al que venerar. Otra boca que alimentar. Sustento y dependencia. Es la paradoja de los sistemas de entretenimiento electrónico, la agradable contradicción de saber que el placer depende de tu capacidad adquisitiva. Como tantos otros placeres, por otra parte. Los mejores, al fin y al cabo.
La abuelita, gris y cansada, mira desde su trono a la tercera generación dar sus primeros pasos, y sonríe orgullosa. Mamá, un piso por debajo, piensa lo mucho que se le parece, siendo como son tan distintas. La familia crece, también en tamaño (32.5cm x 9.8cm x 27.4cm, 5kg).
El entorno respirará tranquilo durante unos cuantos años antes de volver a temblar ante la inminencia de otro punto de inflexión. Ahora todos los flancos están cubiertos, 360 grados multiplicados por 3. Es la cuadratura del círculo, la esperada perfección de lo perfecto y el destierro definitivo de la duda. Cerrar los ojos y señalar al azar con el dedo nunca produjo tanta satisfacción.
Y en la bruma de los sueños, el viejo anhelo de una nueva guerra entre titanes. Una real, como las de antaño. Una que dé como resultado obras de arte inconmensurables con las que saciar nuestra sed de asombro e impacto audiovisual. Pero esta vez, sin vencedores ni vencidos. Sin envidias por las armas del enemigo, sabedores de que ambos bandos juegan de nuestro lado.
Y mientras soñamos, quinientos cuatro escalones nos acercan un poco más al cielo (+576=). Un rayo azul progresivo se nos clava en la pupila y lo vemos, nítido, ante nuestros ojos. La perfección cobra forma, y todo lo anteriormente conocido palidece. El nuevo rey de los estándares se instala en sus dominios, para gozo y disfrute de sus acólitos.
Y en medio de todo eso, nuestro particular agujero negro. Una acumulación de materia (la que da forma a los sueños) tan densa que lo absorve todo, toda la luz, todas las miradas. A nosotros mismos. ¿Qué se esconde al otro lado? Bueno, el viaje acaba de empezar...pero me temo que la respuesta la conocemos desde el principio de los tiempos. Desde aquel remoto primer momento en que deslizamos un interruptor Off-On, y quedamos atrapados para siempre.

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