Friday, June 01, 2007

Felicidades, Don Mollinno...

Mi "familia", la de verdad, la que unen la confianza y el respeto...escasea en miembros. Los mas allegados gozan del privilegio de mi amistad porque saben devolverla en su justa medida. Alguien dijo una vez, "Amistad y dinero...agua y aceite". El dinero no es, por fortuna, una cuestión de importancia. Así que el aceite desaparece, y todo es agua. Todo fluye. Quince años después (se dice rápido), todo sigue fluyendo.
Estas calles de la vida, salpicadas de la violencia del quehacer diario, sus tiros a traición y sus inesperadas cabezas de caballo, nos han hecho más fuertes. Nada ha conseguido perturbar la estabilidad del clan, y la esencia de aquel primer instante permanece intacta en nuestro particular Chicago.
Algunos nos fuimos y volvimos. Otros marcharon y no volverán jamás. Los más, esperan el tren de regreso a casa en las escaleras de Union Station mirando inquietos a su alrededor mientras nosotros, la Familia, respiramos tranquilos porque sentimos la seguridad de tenernos los unos a los otros. Siempre ahí, dispuestos a hacer una visita nocturna al abogado de turno, a lastrar con cemento los pies de algún soplón sobre el lago Michigan, o a escuchar las penas de nuestras vidas asidos a una cerveza...que al final todo es lo mismo.
Me alegro mucho, señor, de acercarme al abismo de los 30 a su lado, como el primer día. Acariciamos el gato de la nostalgia unidos en recuerdos de 8 bits y cintas de VHS, y siempre hay un guiño para alguna gala de los Oscar perdida en la noche de los tiempos. Somos lo que somos. Una gran Familia. Felicidades, chiquet. Y ahora, voy a hacerte una oferta que no podrás rechazar...
¿Te hace una partida a la maca?

2 comments:

el_ilicitano_exiliado said...

Por fin ha llegado la hora de cumplir con la promesa q le hice al dueño de este blog de escribir con asiduidad, pues las promesas hay q cumplirlas ya que es lo único q no diferencia de los monos.

He de reconocer q es un gran honor para este humilde servidor q me halla dedicado un artículo y más con la célebre e inmortal carátula de THE GODFATHER adaptada para tal ocasión.

Pues sí, como ud. bien afirma, ya son quince años q viajamos juntos en esta especie de tránsito hacia otro mundo o dimensión, tal y como afirmaría su adorado Dr. Jiménez del Oso. Hay tantos y tantos recuerdos en esos años q sería muy difícil hacer un resumen de los mismos, así como injusto, pues no hay q olvidar q todos los resúmenes lo son.

Cómo olvidar aquellas noches ilisitanas en tugurios tales como chevy (la prehistoria), el infierno y don chupito (la edad media), pues imposible me es nombrar a uno sin citar al otro, decafé (la edad moderna) y el cuervo (el ocaso, el fin de una era en la nit ilicitana). cuantos chupitos, cuantos mendozas, tequilas, pechés, y demás cosas innombrables he ingerido junto a ud., y otros insignes miembros, como el ahora también exiliado de la patria D. Rafael Romero.

Cómo olvidar aquellas recreaciones del gol de la séptima cuando nos dirigiamos hacia nuestras máquinas voladoras situadas en las propiedades del reino de Tío Puma para desplazarnos al planeta altabix discotequero, con toda su fauna q parecía sacada de aquella cantina de star wars.

Cómo olvidar aquellas noches cinéfilas en templos grandiosos como el altamira, capitolio y odeón (los cuales desgraciadamente abandonaron este cruel mundo a una temprana edad para dejar paso a monstruos del extrarradio carentes de alma alguna), dispuestos a ver q nuevas maravillas o decepciones ofrecerían a nuestras asombradas pupilas.

Cómo olvidar aquellas tertulias en strasburgo, durante años nuestra base de operaciones hasta q cayó irremediablemente en el reverso tenebroso, y aquellas partidas, o mejor dicho palizas, en la máquina de dardos.

En definitiva cómo olvidar tantos y tantos recuerdos, aunq aquí, desde la distancia, esos recuerdos se van haciendo cada vez más y más pequeños hasta q algún día no distinguiré si son recuerdos o sueños, sueños o recuerdos.

Wildwood said...

¡Oh sorpresa! Parece que de una vez mis acólitos se unen al firme propósito de dar sentido a éste mi espacio ...
Y no pudo hacerlo, amigo Mollo, de mejor manera. Enjugo mientras escribo las lágrimas que su texto han provocado en mi. Lágrimas de alegría por el recuerdo de lo vivido, de tristeza por lo futil de todo...Por fortuna, pese al inexorable paso del tiempo, seguimos aquí, a un paso, un post distancia.
Me alegra sumamente verle al fin en el Corral de Piedra como uno más. No deja de ser gracioso que tras tantos años haya tenido que ser un corral virtual...pero supongo que nadie es perfecto, como dijo aquel.
Espero leerle en breve.