Sunday, September 13, 2009

Spiderweb to Heaven

Llegó entre gruñidos de repulsa y aplausos de asombro, un 4 de diciembre de hace ya algunos años. Repudiada y amada a partes iguales, pronto se hizo un hueco en el acervo popular de su propietario y su entorno, entrando por la puerta grande en el universo freak de los que decidieron sacarla de su alicantino nido para llevarla primero a su parca en ornamentos morada ilicitana, y luego al más elaborado refugio que la vio crecer -todo lo que pudo- y morir, en tierras bastetanas.
Soportó estoicamente las épocas de hambruna y las de frío, siempre altiva y orgullosa, afanada en tejer su interminable y tupida malla en un intento por acercar su microentorno al hábitat que le era natural y que nunca acabaría concediéndosele. Pasaba días, semanas, e incluso meses de pétrea inmutabilidad en una encomiable lucha por reservar energías a sabiendas de que su más que amo compañero en ese mundo de incomprensión que moraba, acabaría por servirle el grillo salvador que le devolvería la vida. Entonces mostraba lo que la convertía en letal arma de fugaz zarpazo, y se avalanzaba sobre su presa como halcón que se desploma en picado desde las alturas. Precisa, certera, perfecta. Zas. Un segundo, y todo había acabado. Luego, como al principio, como siempre, sólo silencio.
"A esos bichos no les pasa nada", cuando llegaba el terrible invierno granadino, si se quedaba sin calefacción, en una dudosa demostración de conocimiento biológico sobre los artrópodos. "Molaría enfrentarla a un escorpión" o "A ver si se muere ya el bicho asqueroso ése", desde las altas y crueles esferas tributarias. Para nadie pasaba inadvertida, sin duda, pero los que realmente supimos apreciar su valor vital fuimos los que, a nuestro modo, compartimos la incomprendida realidad de los parias y los desheredados. Por eso Parker, nuestro homenaje viviente al legendario personaje ilustrado, ocupó el lugar que ocupó y ya siempre ocupará en nuestro espíritu, tan ajeno a lo estéticamente aceptado, y por ello tan inimitable -Parker, por cierto, y no Spidey, que fue la opción dos, porque es el alter ego sin disfraz el que nos une al héroe, al cabo.
Hoy su cuerpo reposa criogenizado, como el de otras leyendas de la talla de Walt Disney o Maurice Chevalier -y durante dos eternos meses, justo lo que ha tardado en salir de su letargo este blog, Michael Jackson-, en espera de recibir sepultura definitiva y eterna rodeada por los que conformaron su humana familia. Que al final, y eso bien lo sabe el bueno de Parker -Peter, el auténtico- la línea que nos separa de las arañas es tan fina como lo fortuito de recibir su picadura en una inofensiva visita a un laboratorio. Lástima que por más que lo intentemos, ninguna nos conceda tal regalo. Quizás Parker lo hubiese hecho... de habernos atrevido a meter la mano en su terrario, en lugar de chincharla con un palo.
Descanse en paz.


2 comments:

Perenzal said...

Requiescat in Pace. Una duda, cómo es el cielo arácnido? Una inmensa telaraña repleta de grillos y mariposas...?

Vadania said...

Primero fue el Rey y ahora Ella-la-araña... ¿Qué está pasando? ¿Estamos locos o qué? Comienzo a temerme que las profecías mayas sobre el 2012 y el fin del mundo no sean sólo pamplinas.

Ahora en serio, lo siento mucho, Raff.