Tuesday, February 09, 2010

Street Fighter 2 CPC Edition

Todos tenemos una espina clavada, de algún tipo. Aquel autógrafo que no nos atrevimos a pedir, aquel juguete de "P.V.P. superior a 10.000 pts" que nunca tuvimos, aquella chica a la que nunca contamos lo que sentíamos... Para el que os habla, esa espina tiene forma de casette, va en una caja de cartón de 15x15 y se llama Street Fighter 2, para Amstrad CPC.
Es sabido que el desarrollo de las versiones domésticas del título de Capcom llegó en el ocaso de los ordenadores de 8 y 16 bits, justo cuando lo que comenzaba a imponerse era el reinado de las consolas de Sega y Nintendo, por lo que la conversión del mismo a los sistemas que nos habían acompañado durante los 80 era poco más que simbólico, si acaso un homenaje en vida a unas máquinas que habían echado el resto durante tanto tiempo poco antes de que pasaran a mejor vida. Del mítico The World Warrior hubo versiones para todos los gustos, desde PC a Amiga, pasando por una rareza monocromática para Spectrum de la que hablé, en su momento, en mi abandonado blog de Meristation. Podría decirse que todas las máquinas del momento recibieron su correspondiente ración de Street Fighter 2... menos el CPC de Amstrad. Y sí, yo tenía un CPC, por si alguien aún se lo pregunta. Hoy me habría dado poco menos que igual, porque no suelo fijarme, por suerte, en el sistema para el que se lanza un título, pero entonces -y mucho después también, con las consolas de 16 bits en escena- uno sólo podía acceder a lo que se lanzaba para su máquina. Ya he dicho en alguna ocasión que los videojuegos eran como los equipos de fútbol: se era de uno, y sólo uno, y se defendía fielmente hasta la muerte.
El caso es que en las Micromanías de la época, como en la revista de televenta Telejuegos -a la que quizás, pronto, dedique un post, porque lo merece-, se hartaron de vendernos el inminente lanzamiento del SF2 para TODOS los sistemas disponibles. También el Amstrad. Lo decía la publicidad del título, lo decía el comentario que se hizo en la "sábana santa" de las revistas, Micromanía, de la versión PC, y, en general, era algo prometido por U.S. Gold que todos esperábamos impacientes. Ah, U.S. Gold... A ellos se les encomendó la labor de ejecutar la conversión del juego a los ordenadores domésticos. Suya es la genial aberración de Spectrum, la magnífica pero pixelada versión de Commodore 64, y todos los demás hijos bastardos en disquette del arcade. Pero hete aquí que los que disfrutábamos con los hipercoloristas gráficos burdos en mode 0 del CPC, esos visionarios que apostamos por el "plus" que brillaba con luz propia en aquella bestia parda híbrida de cinta y cartucho que era el 464+, nos quedamos al final compuestos y sin Street Fighter. Algunos, a los que hoy todavía deben removérseles las tripas pero de los que querría formar parte para poder contarlo, llegaron incluso a pagar por el envío del título a casa... y siguen esperando.
¿Las razones? Sólo Dios lo sabe. Durante muchos meses, cuando la gente ya disfrutaba del título en la SuperNES, cuando la mayoría ya había guardado su trasto con teclas en el armario para siempre jamás, yo aún seguía esperando el lanzamiento inesperado del juego. Pasaba por El Corte Inglés, e imaginaba que estaría ahí, en el estante, casi olvidado por todos, esperando que le llevase a casa... Pero nunca ocurrió. El Street Fighter 2 de CPC se convirtió, finalmente, en una leyenda misteriosa de cuya existencia física no hay constancia. Hay quien dice que alguna versión preliminar del título debe andar aún olvidada en el cajón del programador de turno, pero lo cierto es que nadie ha tenido, ni probablemente tenga nunca, acceso a ella. Sad but true.
El tiempo acabó pasando, y en torno al recuerdo del CPC empezó a surgir un movimiento nostálgico de entendidos en lenguages de programación obsoletos -ah, el Basic, y mi aventura conversacional de El Señor de los Anillos que quizá un día os traiga aquí- que tomaron al ordenador de Amstrad como su particular fetiche y pasatiempo. La escena, como se la conoce, del CPC, es hoy un vivo mundo virtual donde unos cuantos treintañeros que se emocionan, como yo, al recordar su infancia pegados a la multicarga, se han unido para crear nuevas aventuras jugables partiendo, exclusivamente, de la tecnología que ofrecía el CPC. También se rescatan roms perdidas de su catálogo, disfrutables vía emulador, pero la mayoría opta por aprovechar los grandes conocimientos que hoy se tienen de lo que era la máquina -mayores en muchos casos que los que tenían quienes programaban para ella en la época- para elaborar productos shareware que harían palidecer a algunos éxitos notables de entonces.
Y así, llegamos de nuevo a la leyenda del SF2, y nos encontramos con que son miles las voces dentro de la escena que han seguido soñando con ver correr en su vetusto y querido Amstrad una versión digna del juego, aún hoy, tantos años después. Asumido el hecho de que nunca aparecerá una unidad del juego original, estas mentes preclaras se han lanzado a la aventura de dar vida hoy, veinte años después, al título de Capcom de forma altruista, tirando de conocimientos informáticos y mucho buen hacer, sólo por el mero placer de poder decir de una vez aquello de "yo jugué al Street Fighter 2 en mi Amstrad CPC". Y en ello andan. Han aparecido ya varias versiones preliminares del juego, pero una versión final no existe todavía. Los foros especializados hierven cada vez que un nuevo dato en torno al proyecto sale a la luz, y aunque el desarrollo se demora en demasía, no cabe duda de que un día lo imposible se hará realidad...
Mientras ese momento llega, vídeos como éste que hoy os traigo no hacen sino ponernos los dientes largos, pero que muy largos. Su autor, de nickname DaDMaN y español para más señas, lleva tiempo intentando acabar lo que promete ser un espectacular juego digno de una máquina que marcó una época. Él mismo reconoce que no es la versión final que probablemente veremos -esto que veis es una recreación "cepeceizada" del título hecha con M.U.G.E.N., un software para el desarrollo de beat 'm ups 2D-, pero al tiempo afirma que sus avances en la elaboración del título son esperanzadores, y de muy alta calidad. Ojalá, amigo DaDMaN y resto de soñadores fans del CPC, un día disfrutemos de algo siquiera remotamente parecido a lo que se muestra en el vídeo... y nos podamos sacar, de una vez por todas, aquella vieja espinita.


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