Thursday, April 29, 2010

Let's get monkey!

Si son ustedes asiduos a los stores online de las consolas actuales, probablemente ya sepan que los remakes de arcades clásicos copan las listas de ventas de los mismos. Y es que al final, por mucho que les pese a los newcomers que sudan con la Wii, a Amparo Baró y sus quebraderos de cabeza para driblar al alzheimer, a la Verdú y al otro con los "pajaricos" en la Wii Balance Board, y al fanega de Flo y su grirtico, los que hemos crecido con un pad entre la manos -o un QAOP en la punta de los dedos- somos los que damos vidilla al mundo gamer, haciendo que las desarrolladoras se sigan estrujando los sesos para sacar juegos hardcore de calidad, y animando a las compañías más pequeñas a producir títulos de corte retro que mantienen vivo el recuerdo de aquellas tardes de billares con olor a gimnasio, palancas de control sudadas, monedas de cinco duros y banquetas eternamente ocupadas por el Paco "el Gordo" de turno.
Las empresas que mueven el "tinglao" de los bazares, los Live y demás tiendas virtuales de descarga lo saben, y por eso no dejan de producir pequeñas obras de arte revisando clásicos, que invitan a rejugarlos porque nos llenan los ojos de micropíxeles en puritita HD que las graphic whores como quien les habla no pueden evitar observar con un chorro de baba colgando de la comisura de los labios y un gesto entre obsceno y nostálgico, previo al desembolso de los leuros que nos pidan.
Hoy les acerco un remake como la copa de un pino que verá la luz en próximas fechas, y que nos pone de nuevo en la piel de aquel macaco escupe-fuego que debía recorrer un mundo casi prehistórico plagado de mostrencos zombiescos y pajaretes bizarros, para rescatar a su amada de las garras del malote de turno y recobrar su forma humana. Sí, me refiero a Toki, el legendario plataformas que maese Rafa se sabía casi de memoria, y en el que todos invertimos importantes sumas de pesetilias a sabiendas de que siempre acabaríamos muriendo en la segunda o tercera fase. Seguro que ya resuenan en su mente los efectos de sonido que acompañaban al disparo bucal del monete saltarín... pues ahora denle al play, y admiren lo que un grupo de nostágicos programadores pueden hacer con un juego inmortal para multiplicar por mil lo que ya de por sí parecía insuperable.
Ni la cojonuda versión en Atari ST del Vera -tan malditamente envidiada-, oiga...


2 comments:

Anonymous said...

Ains!!! Que bonico el Jonny!!!!!!!!!!! Recuerda esto: volveremos a jugar todos juntos a la megadrive con unos botes de cocacola recién sacados de la nevera. Tu Vera.

Wildwood said...

You're the greatest!