Thursday, January 17, 2008

...pero rancio, rancio (3): Un, Dos, Tres

No me preguntéis por qué. De pronto, mientras recogía mi zulo -sí, mi cuarto, que no es el de la foto aquélla, no...Artuz- me he visto tarareando la cabecera del famoso programa de Chicho. Un ejemplo más, amigos, de que la maquinaria del señor Wildwood no funciona todo lo bien que debiera: otro se habría arrancado con Un Buen Día, Nothing Else Matters o Like a Stone... pero así soy yo, qué le vamos a hacer. Rancio. Pero rancio...rancio.
El caso es que me ha picado la curiosidad de indagar sobre aquel mundillo de cartón piedra que durante tantos años maravilló a la audiencia de esa máquina infernal en la que la gente aparecía como encerrada por arte de virivirloque (o como coño se escriba) haciendo el moñas. Los viernes noche -creo recordar, aunque también creo que llegó a emitirse algún lunes-, cuando la variedad de canales hacía del zapping un sinsentido, la familia entera se arremolinaba frente a la caja tonta para presenciar la puesta en escena de un programa único, un espacio que hoy seguramente no tendría cabida en la parrilla televisiva. No os voy a aburrir con la historia del Un, Dos, Tres porque no procede, pero sólo diré que en sus numerosas etapas siempre fue garantía de éxito para TVE, a excepción de su última temporada con el Roderas a la cabeza, hace cosa de 4 años.
¡Cuántas cosas rancias como el tocino añejo nos dejó aquel programa! El Dúo Sacapuntas (hoy solista), la Bombi (Por qué seráááá...), Bigote Arrocet (Hola Mairuchchcha), Angel Garó (Esta es, la refinitiva...)... Y luego estaban todas aquellas mascotas de Cuéntame sacadas cual de una cabecera de Mariano Ozores: el Chollo (y su álter ego chungo, el Antichollo), el Boom y el Crack (felizmente olvidados), la Botilde, La Ruperta (icono de origen ilictano del programa)... Tantas y tantas cosas, junto a tantos presentadores y a tantas azafatas de toma-pan-y-moja, que podríamos hacer una tesis al respecto.
Pero yo hoy me he visto canturreando la cabecera, como decía, y un tufillo a naftalina y a bocata de Nocilla ha impregnado el ambiente. Me he visto sentado a un metro de la tele -mi vieja Grundig de botones táctiles, causa de mi miopía- embobado mientras mis padres cenaban en la salita. Aquéllas fueron mis auténticas clases, no las de la universidad, y me he visto en la obligación de rendirles un homenaje.
Dejad que os haga partícipes de esta ensoñación nostálgica con algunos recuerdos tutubeanos del que sin duda fue uno de los programas de nuestra infancia, mis paletos. ¡Vamos Ruperta!¡Preséntanos ya!...








PD: Sí, a mi la cabecera de la primera temporada (año 72) también me ha dejado igual. Dios... ¡Arriba EssssPAÑA!

2 comments:

Perenzal said...

Madre mia Wildwood. Hemos sido abducidos a aquellas época de pantaloncillos cortos, naranjitos, coderas y rodilleras... ¿te acuerdas?

Entonces me dedicaba a mirar, con ciertos impulsos aún innombrados pero ya presentes, a las azafatas... entre otras mencionemos a la insoportable Victoria Abril...

Déu!!

Anonymous said...

José Luis Ortiz said...
Muchacho, se te ha olvidado comentar que la voz de la Calabaza Ruperta fue, desde su inicio hasta el final, la voz del propio Chicho Ibáñez Serrador.
También dobló a la bota y al Boom. El Chollo lo dobló Patxi Aldeguer.

Saludos.